27/8/18

Escritura de fábulas.

Previamente a esta clase, los/as alumnos/as estuvieron leyendo fábulas de diferentes autores, como: Esopo ("El joven y el lobo"), Jean de La Fontaine ("La mochila" y "El ratón de campo y el ratón de ciudad"), Tomás de Iriarte ("El jilguero y el cisne" y "Los dos conejos"), Madonna ("Las manzanas del señor Peabody"), Lauren Child ("Humberto Horacio Herminio Bobton-Trent"), Marcelo Birmajer ("Cicatrices") y Michelle Knudsen ("León de biblioteca").

Luego, comenzaron a escribir fábulas - grupales e individuales -, cuyas historias crearon a partir de la selección de algunas enseñanzas o moralejas que se les dio como opción. Las mismas fueron:
1) "Muy envidioso es quien señala un pequeño descuido, cuando la tarea principal se hace correctamente" (Iriarte);
2) "No se tiene que considerar en el competidor la edad sino el talento " (Iriarte);
3) "Nunca engañes a otros, pues... te harán pagar el daño que causaste..." (La Fontaine);
4) "No es conveniente vivir rodeado de bienes y lujos si estos van a ser la causa de tu desdicha" (La Fontaine).

En la clase del día de hoy, los/as estudiantes estuvieron realizando la edición final de los borradores sobre la escritura de sus fábulas. Sus textos resultaron ser estos:


La gran carrera.

Un chico estuvo entrenando muy duro para “La gran carrera”. Tenía más o menos quince años y competía contra un señor de cincuenta años.
El señor, cuando llegó el chico, se rio y le dijo:
- ¡Que pequeño niño! Yo no necesito entrenar porque cuanto más grande es uno más sabio es.
Y entonces, el chico pensaba en que no iba a poder ganarle. Así que se fue a buscar a su comitiva para que lo vea competir y que le de un poco de ánimo.
Cuando llegó el momento de la competencia, el chico dijo:
- Que gane el mejor.
Estaban los compañeros del señor y del chico.
Fue una carrera muy larga y, por poco, ganó el chico.

Moraleja : “No se tiene que considerar en el competidor la edad, sino el talento”.

Autores: Beruska, Franco, Felipe, Zayaad, Amelie y Nahiara.

La prisión.

Los/as prisioneros/as de una cárcel no comían tan bien mientras los policías se reían de ellos comiendo papas fritas.
Cuando terminaban de hacerlo se iban a las celdas para decirles a los presos que vayan al patio.
Después de ir al patio, los policías les pegaban a los reclusos. Ellos sufrían mucho y así llegaban a sus calabozos todos lastimados.
Un día, los policías se dieron cuenta que los maltrataban y les dejaron de dar comida podrida y de pegar. Los prisioneros querían $_$.
Ya pasaron cinco años y los prisioneros siguen presos. Pero ya les falta cinco meses para que sean libres.

Moraleja: “No es convieniente vivir rodeardo de bienes y lujos y estos van a ser causa de tu desdicha”.

Autores: Karina, Leandro, Giossymar, Matías, Lucio y Máximo.

No hay que dejar a los amigos solos.

En una Escuela, había una chica que tenía una amiga que estaba en un tratamiento por tener cáncer.
Por eso, se rapaba todos los días el cabello para apoyarla y siempre llevaba capucha.
Un día, el director le dijo que se sacara la capucha y vio que tenía su cabello rapado.
Así que la suspendieron durante una semana por tener su cabello así.
Ella explicó en una entrevista que su amiga estaba en tratamiento por tener cáncer.
Luego de eso, le quitaron la suspensión de la Escuela y su amiga se recuperó del cáncer.

Moraleja: “Muy envidioso es quien señala un pequeño descuido, cuando la tarea principal se hace correctamente”(Iriarte).

Autores: Valentino, Rafael, Irene, Paloma y Selena.

El zorro y el perro.

Una vez, el perro con doce años (perrunos) no atrapó un hueso de juguete.
Así que el zorro con un año (perruno) se burló de él y lo dejó como a un completo perdedor en todo el barrio.
Pero, aunque el perro no le dio importancia, aún se le burlaran y todos lo veían como a un perdedor.
Hasta que todo se arregló. Otra vez el perro pudo atrapar su hueso, los demás dejaron de verlo como lo veían antes y todos se enojaron con el zorro por burlarse porque el perro no podía atrapar su hueso y ya era viejo.
Entonces, el zorro se sintió culpable. Así que se disculpó y el perro lo perdonó.
Al final, ellos se hicieron amigos por siempre.

Moraleja: “No se tiene que considerar al competidor por la edad sino por el talento” (Iriarte).

Autores: Tomás, Paula, Ana, Florencia y Paloma.


El mejor partido de fútbol.

Un día, se realizó el mejor partido de fútbol, porque hacía mucho que no se hacía uno.
Los chicos del equipo de River eran más chicos que los del equipo de Boca. Pero los primeros eran muy buenos jugando.
El día del partido, los chicos de siete años, del equipo de River, integraron a un nuevo jugador al equipo y los chicos de Boca se burlaron porque él era el más el bajito de todos .
Pero él los sorprendió porque metieron diez goles los del equipo de River gracias a su nuevo jugador. Los de Boca metieron solo tres goles.
A partir de ese día, los chicos del equipo de Boca aprendieron a respetar a todos los de los equipos con los que jugaran, sean grandes o chicos.

Moraleja: “No se tiene que considerar en el competidor la edad, sino el talento”.

Autor: Ezequiel.


Daniel y su abuelo.

Había un abuelo y su nieto Daniel que estaban jugando a la pelota.
Los amigos de Daniel se burlaban porque pensaban que no iba a meter ningún gol el anciano.
Hasta que comenzó el partido y metió como cinco goles y los amigos dijeron:
- ¡Qué buena suerte tiene el abuelo de Daniel!

Moraleja: “No se tiene que considerar en el competidor la edad, sino el talento”.

Autor: Ciro.

El juego de la suerte.

Hace cinco años, un señor que se llamaba Sergio apenas podía mantener a sus cuatro hijos y a su mujer.
Un día, después de cobrar su sueldo en su trabajo, se encontró a un señor que hacía un juego. Ese juego era de la suerte. Era una rueda que tenía colores y en la que tenía que caer una bola del mismo color para ganar.
Él jugó con lo que cobró y se ganó el doble. Y siguió jugando hasta tener $ 1.000.000.
Su esposa le dijo que no juegue más, pero él siguió jugando. Apostó todo: su casa, todo su dinero y hasta su familia. Apostó al negro y le salió el rojo.
Así que Sergio lloró y lloró.
El señor de ahí le dijo que le daría $ 10.000 de lo que había cobrado antes para su familia y su casa y le dijo:
- ¡¡¡Nunca vuelva a hacer eso!!!

Moraleja: “No es conveniente vivir rodeado de bienes y lujos si estos van a ser la causa de tu desdicha”.

Autor: Rafael.



Con respecto a este tipo de textos, como cierre de este proyecto de escritura, el alumno Rafael, comentó para todos mediante un texto propio:
"Las fábulas son educativas y te dan lecciones, como en 'Abel y Lobo' [de Sergio Lairla] que se trata de no traicionar. Y te enseña que vos sos vos, que no tenés que cambiar, siendo bajo, alto, listo, no tan listo, rápido o menos veloz. Todo eso te enseña la fábula. ?Las manzanas del señor Peabody' [Madonna], te enseña que no hay que decir, sin saber. cosas sobre otros".

A continuación, les comparto algunas imágenes del cierre de ese proyecto:






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