En el día de hoy, los/as alumnos/as continuaron trabajando con el contenido de ciudades argentinas y el tipo de patrimonio cultural que puede encontrarse en ellas.
En clases anteriores, los/as chicos/as estuvieron dictándole a la maestra los resúmenes de algunas leyendas del Sur de la Argentina que narrarán mañana, durante la Maratón de lectura de este año, como parte del patrimonio intangible (manifestaciones no materiales que no poseen sustancia física. Es decir, que no pueden verse ni tocarse.) con el que cuenta el país.
En el día de hoy, la edición final de dichos resúmenes resultó ser la siguiente:
“El
pingüino” (leyenda de la provincia de Chubut):
La
leyenda cuenta que, hace mucho tiempo, había un pingüino
que podía volar.
En
un principio, él era muy amigo de todos los animales hasta que, un
día, sintió que era el mejor entre ellos y se burlaba de los demás.
Se
creía hasta un Dios. Por eso, los dioses lo castigaron. Le
achicaron las alas y ya no pudo más volar.
“Los
dos pretendientes” (leyenda de la provincia de Neuquén):
Había
una tribu en la que vivían un cacique, su hija y un brujo.
Un
día, apareció un joven que se quería casar con la chica, pero no
pudo hacerlo porque no tenía dinero.
Como
el padre de la mujer tenía miedo al mago y éste también estaba
enamorado de la joven aprovechó para convencerlo de realizar muchas
pruebas difíciles al otro para que muriera en alguna de ellas.
Sin
embargo, gracias a la ayuda de la hija del cacique, el pobre
jovencito que estaba enamoradpo de la chica, logró pasar esas
pruebas.
En
cuanto al brujo, por su maldad, sufrió un cruel castigo en una de
las pruebas que había creado: quedó atrapado en el tronco de un
árbol sin poder salir.
Dicen
que todavía se escucha su voz pidiendo ayuda.
“El
Pehuén” (leyeda de la provincia de Neuquén):
Hace
mucho tiempo, el cacique de una tribu fue a buscar sal y se perdió
en el camino.
Su
esposa se preocupó porque, en sueños, vio a su esposo muerto y,
como era costumbre en su pueblo, se rapó su cabello.
Así
que ella decide mandar a su hijo a buscar a su padre.
Pero
aquél se pierde también y termina ayudándolo el árbol llamado
Pehuén.
La
esposa del cacique, sin embargo, sale en búsqueda de su hijo, lo
encuentra y le deja sus zapatos como regalo al árbol.
Ese
árbol, en agradecimiento, los acompaña hasta su casa y se que da a
vivir con ellos.
“Diego
y Malal” (leyenda de la provincia argentina de Santa Cruz):
Diego
y sus padres, españoles, viajaban junto a dos marineros en un
pequeño barco.
Por
una gran tormenta, el barco queda a la deriva, mueren los padres y
solo quedan vivos Diego y los otros dos naúfragos.
Ellos
terminan en el Sur de la Argentina (en el continente americano).
Inmediatamente,
un pueblo indígena los toma prisioneros.
Con
el tiempo, Diego se hace muy amigo de Malal, el hijo del cacique, con
el que comienza a llevar música por otros pueblos, acompañados de
guitarras.
A
partir de ese momento, se los conoce como los primeros payadores.
A continuación, les comparto una de las imágenes del momento en el que los/as estudiantes hacían la práctica de sus respectivas narraciones, a cargo de algunos/as de ellos/as:
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