Previamente a esta clase, los/as alumnos/as estuvieron leyendo fábulas de diferentes autores, como: Esopo ("El joven y el lobo"), Jean de La Fontaine ("La mochila" y "El ratón de campo y el ratón de ciudad"), Tomás de Iriarte ("El jilguero y el cisne" y "Los dos conejos"), Madonna ("Las manzanas del señor Peabody"), Lauren Child ("Humberto Horacio Herminio Bobton-Trent"), Marcelo Birmajer ("Cicatrices") y Michelle Knudsen ("León de biblioteca").
Luego, comenzaron a escribir fábulas - grupales e individuales -, cuyas historias crearon a partir de la selección de algunas enseñanzas o moralejas que se les dio como opción. Las mismas fueron:
Luego, comenzaron a escribir fábulas - grupales e individuales -, cuyas historias crearon a partir de la selección de algunas enseñanzas o moralejas que se les dio como opción. Las mismas fueron:
1) "Muy envidioso es quien señala un pequeño descuido, cuando la tarea principal se hace correctamente" (Iriarte);
2) "No se tiene que considerar en el competidor la edad sino el talento " (Iriarte);
3) "Nunca engañes a otros, pues... te harán pagar el daño que causaste..." (La Fontaine);
4) "No es conveniente vivir rodeado de bienes y lujos si estos van a ser la causa de tu desdicha" (La Fontaine).
En la clase del día de hoy, los/as estudiantes estuvieron realizando la edición final de los borradores sobre la escritura de sus fábulas. Sus textos resultaron ser estos:
Con respecto a este tipo de textos, como cierre de este proyecto de escritura, el alumno Rafael, comentó para todos mediante un texto propio:
La
gran carrera.
Un
chico estuvo entrenando muy duro para “La gran carrera”. Tenía
más o menos quince años y competía contra un señor de cincuenta
años.
El
señor, cuando llegó el chico, se rio y le dijo:
-
¡Que pequeño niño! Yo no necesito entrenar porque cuanto más
grande es uno más sabio es.
Y
entonces, el chico pensaba en que no iba a poder ganarle. Así que se
fue a buscar a su comitiva para que lo vea competir y que le de un
poco de ánimo.
Cuando
llegó el momento de la competencia, el chico dijo:
-
Que gane el mejor.
Estaban
los compañeros del señor y del chico.
Fue
una carrera muy larga y, por poco, ganó el chico.
Moraleja
: “No
se tiene que considerar en el competidor la edad, sino el talento”.
Autores:
Beruska, Franco, Felipe, Zayaad, Amelie y Nahiara.
La
prisión.
Los/as
prisioneros/as de una cárcel no comían tan bien mientras los
policías se reían de ellos comiendo papas fritas.
Cuando
terminaban de hacerlo se iban a las celdas para decirles a los presos
que vayan al patio.
Después
de ir al patio, los policías les pegaban a los reclusos. Ellos
sufrían mucho y así llegaban a sus calabozos todos lastimados.
Un
día, los policías se dieron cuenta que los maltrataban y les
dejaron de dar comida podrida y de pegar. Los prisioneros querían
$_$.
Ya
pasaron cinco años y los prisioneros siguen presos. Pero ya les
falta cinco meses para que sean libres.
Moraleja:
“No es
convieniente vivir rodeardo de bienes y lujos y estos van a ser causa
de tu desdicha”.
Autores:
Karina, Leandro, Giossymar, Matías, Lucio y Máximo.
No
hay que dejar a los amigos solos.
En
una Escuela, había una chica que tenía una amiga que estaba en un
tratamiento por tener cáncer.
Por
eso, se rapaba todos los días el cabello para apoyarla y siempre
llevaba capucha.
Un
día, el director le dijo que se sacara la capucha y vio que tenía
su cabello rapado.
Así
que la suspendieron durante una semana por tener su cabello así.
Ella
explicó en una entrevista que su amiga estaba en tratamiento por
tener cáncer.
Luego
de eso, le quitaron la suspensión de la Escuela y su amiga se
recuperó del cáncer.
Moraleja:
“Muy
envidioso es quien señala un pequeño descuido, cuando la tarea
principal se hace correctamente”(Iriarte).
Autores:
Valentino,
Rafael, Irene, Paloma y Selena.
El
zorro y el perro.
Una
vez, el perro con doce años (perrunos) no atrapó un hueso de
juguete.
Así
que el zorro con un año (perruno) se burló de él y lo dejó como a
un completo perdedor en todo el barrio.
Pero,
aunque el perro no le dio importancia, aún se le burlaran y todos lo
veían como a un perdedor.
Hasta
que todo se arregló. Otra vez el perro pudo atrapar su hueso, los
demás dejaron de verlo como lo veían antes y todos se enojaron con
el zorro por burlarse porque el perro no podía atrapar su hueso y ya
era viejo.
Entonces,
el zorro se sintió culpable. Así que se disculpó y el perro lo
perdonó.
Al
final, ellos se hicieron amigos por siempre.
Moraleja:
“No se tiene que considerar al competidor por la edad sino por el
talento” (Iriarte).
Autores:
Tomás, Paula, Ana, Florencia y Paloma.
El
mejor partido de fútbol.
Un
día, se realizó el mejor partido de fútbol, porque hacía mucho
que no se hacía uno.
Los
chicos del equipo de River eran más chicos que los del equipo de
Boca. Pero los primeros eran muy buenos jugando.
El
día del partido, los chicos de siete años, del equipo de River,
integraron a un nuevo jugador al equipo y los chicos de Boca se
burlaron porque él era el más el bajito de todos .
Pero
él los sorprendió porque metieron diez goles los del equipo de River
gracias a su nuevo jugador. Los de Boca metieron solo tres goles.
A
partir de ese día, los chicos del equipo de Boca aprendieron a
respetar a todos los de los equipos con los que jugaran, sean grandes
o chicos.
Moraleja:
“No se tiene que considerar en el competidor la edad, sino el
talento”.
Autor:
Ezequiel.
Daniel
y su abuelo.
Había
un abuelo y su nieto Daniel que estaban jugando a la pelota.
Los
amigos de Daniel se burlaban porque pensaban que no iba a meter
ningún gol el anciano.
Hasta
que comenzó el partido y metió como cinco goles y los amigos
dijeron:
-
¡Qué buena suerte tiene el abuelo de Daniel!
Moraleja:
“No se tiene que considerar
en el competidor la edad, sino el talento”.
Autor:
Ciro.
El
juego de la suerte.
Hace cinco años, un señor que se
llamaba Sergio apenas podía mantener a sus cuatro hijos y a su
mujer.
Un día, después de cobrar su sueldo
en su trabajo, se encontró a un señor que hacía un juego. Ese
juego era de la suerte. Era una rueda que tenía colores y en la que
tenía que caer una bola del mismo color para ganar.
Él jugó con lo que cobró y se ganó
el doble. Y siguió jugando hasta tener $ 1.000.000.
Su esposa le dijo que no juegue más,
pero él siguió jugando. Apostó todo: su casa, todo su dinero y
hasta su familia. Apostó al negro y le salió el rojo.
Así que Sergio lloró y lloró.
El señor de ahí le dijo que le daría
$ 10.000 de lo que había cobrado antes para su familia y su casa y
le dijo:
- ¡¡¡Nunca vuelva a hacer eso!!!
Moraleja:
“No es conveniente vivir rodeado de bienes y lujos si estos van a
ser la causa de tu desdicha”.
Autor:
Rafael.
"Las fábulas son educativas y te dan lecciones, como en 'Abel y Lobo' [de Sergio Lairla] que se trata de no traicionar. Y te enseña que vos sos vos, que no tenés que cambiar, siendo bajo, alto, listo, no tan listo, rápido o menos veloz. Todo eso te enseña la fábula. ?Las manzanas del señor Peabody' [Madonna], te enseña que no hay que decir, sin saber. cosas sobre otros".
A continuación, les comparto algunas imágenes del cierre de ese proyecto:
A continuación, les comparto algunas imágenes del cierre de ese proyecto: